jueves, 28 de mayo de 2015
No a la pobreza infantil. ¡Exigimos comedores escolares!
El Campamento Dignidad exige que se mantenga el acceso y la gratuidad de los comedores escolares para los 8.000 niños extremeños beneficiarios de becas de comedor
Mañana 29 de mayo es el último día en el que 8.000 alumnos y alumnas de Extremadura que son beneficiarios de becas de comedor escolar pueden disfrutar de la gratuidad en el acceso a este servicio. Se da la circunstancia de que la beca de comedor escolar no cubre los meses de junio ni de septiembre por lo que las familias necesitadas sólo pueden elegir entre no llevarlos al comedor o bien pagar los entre 4 y 5 euros por alumno/día, dependiendo de los centros educativos.
Desde el Campamento Dignidad de Extremadura volvemos a denunciar esta situación y exigimos que los comedores escolares permanezcan abiertos durante estos dos meses y que se garantice la gratuidad a todos los escolares con beca.
Según los últimos datos oficiales correspondientes a este curso, en Extremadura hay actualmente 195 comedores escolares y 9.980 alumnos con plaza de comedor escolar. De ellos, aproximadamente el 80%, es decir unos 8.000 son beneficiarios de becas que garantizan el acceso gratuito a las familias con menos ingresos económicos. El número de plazas de comedor escolar en Extremadura es ridículo- apenas el 10% de los alumnos de los niveles de Infantil y Primaria (97.000 en total)- si lo comparamos con la extensión que la red de comedores escolares tiene en otras comunidades autónomas (Canarias: 28% del alumnado; Andalucía: 40% del alumnado). Pero además la supresión del servicio gratuito de comedor escolar durante los meses de junio y septiembre agrava la situación.
Por si esto fuera poco, Extremadura tiene el triste honor de estar a la cabeza en pobreza infantil. Y el riesgo de pobreza y/o exclusión, como pone de manifiesto la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) que se ha conocido ayer afecta en mayor medida a la población infantil, habiendo crecido en tres puntos desde el año 2013.
No podemos seguir consintiéndolo. Cada vez son más los niños y niñas que van sin desayunar al colegio. Cada vez son más las familias que han de sacar a sus hijos del comedor escolar por falta de medios económicos. Y cada vez son más los chavales y chavalas que la única comida consistente que realizan es la del colegio.
La pobreza infantil no entiende de investiduras parlamentarias ni puede esperar. Es por ello que mañana 29 de mayo de 2015, un grupo de madres de Mérida y el Campamento Dignidad van a entregar un escrito tanto a la Junta de Extremadura en funciones como a todos los partidos políticos que han obtenido representación parlamentaria para que se comprometan a mantener el acceso y la gratuidad a los 8.000 chavales y chavalas de Extremadura beneficiarios de beca de comedor durante los próximos meses, empezando por el mes de junio. El Campamento Dignidad ya ha contactado con los partidos políticos (PSOE, PP, Podemos y Ciudadanos) para hacerles entrega de la petición. Será a las 11 de la mañana en el patio de la Asamblea de Extremadura.
jueves, 21 de mayo de 2015
El Campamento Dignidad ante las elecciones
BASTA DE PROPAGANDA: EXIGIMOS PAN, TRABAJO, TECHO Y DIGNIDAD
Llegan las elecciones y con ellas parece que se abriera el baratillo de las promesas. Las serpientes con traje de santurrón ahora vienen sonrientes a intentar manipular la esperanza de la gente.
Se cuelgan las medallas de la renta básica de inserción, una tarifa social de agua para los parados, los comedores escolares… Se les tendría que caer la cara de vergüenza. Sí, claro que han pagado la renta básica a muchas más personas de las que pretendían. En 2013, Juan Bravo, Director de Política Social, nos decía: “bajo ningún concepto pagaremos a más de 2.500 personas, 3.000 como mucho” en toda Extremadura. Ahora reconocen que han tenido que resolver favorablemente 11.460 solicitudes. Aunque pagar, lo que se dice pagar, por ahora no llega ni siquiera a las 5.000.
Pero el pueblo de Mérida y de toda Extremadura conoce bien esa historia y no se va a dejar enredar con cuentos. Recuerda nítidamente que la renta básica de inserción, esa ayuda para poder vivir con algo más de dignidad, se ha arrancado en la calle.
Literalmente: con 48.000 firmas, con 80 días acampados ante la puerta del SEXPE, con encierros durante las navidades en la Concatedral o en la iglesia del Perpetuo Socorro, con escraches a políticos, con marchas y concentraciones innumerables. Con 62 personas de los Campamentos Dignidad de Extremadura denunciadas y/o procesadas -46 de ellas de Mérida-, enfrentándonos a multas cuya suma supera los 183.000 euros, por acciones de lucha en defensa de los derechos sociales. No, ni la renta básica de inserción, ni la tarifa social del agua para los parados, ni los comedores escolares durante el verano, ni el incremento de empleos públicos han caído del cielo. Y mucho menos de la voluntad de los políticos que mandan actualmente.
El Campamento Dignidad ha arraigado entre la clase obrera y el pueblo de Mérida y de Extremadura. Y exige a todos los partidos que se dé satisfacción a las demandas que hemos puesto en pie en estos años:
1. Exigimos y exigiremos un trabajo digno. Que se dejen de enredos. En los últimos tres años, Extremadura no ha bajado de los 150.000 parados y en Mérida de los 8.000. Hay dinero. Para los políticos del Consejo Consultivo, para los premios Ceres, para conciertos de Woody Allen, para inflar de subvenciones a terratenientes y grandes empresas, para todo eso sí hay dinero. Hace falta un plan de empleo público, derogar la reforma laboral, prohibir las horas extras y repartir el trabajo. Hace falta que la tierra cumpla una función social, empezando por los terrenos municipales que deben sembrarse de cultivos sociales. Exigimos un banco público de tierras ya.
2. Renta Básica. Hay que pagar a la inmensa mayoría de los solicitantes y hacerlo ya. Que no sea un calvario burocrático ni una fiscalización de pobres, que se cobre en fecha fija, que sea un derecho y no “una concesión”. Vivir dignamente es un derecho, no el regalo de ningún gobernante.
3. La vivienda es un derecho y los políticos no pueden seguir siendo los recaderos de los bancos, de los dueños del suelo y de las promotoras de la construcción. Exigimos la prohibición de todos los desahucios de primera vivienda y la retirada de todos los expedientes de desahucio de vivienda social. Todas las viviendas del banco malo (la Sareb) han de pasar a alquiler social y las 210 viviendas de la Urbanización de los Álamos en la barriada del Prado deben terminarse y ponerse a disposición de las personas sin casa.
4. Hay que poner fin a la exclusión social, a la pobreza energética, a la precariedad y la miseria. Hace falta, entre otras medidas, un economato social o la gratuidad de los libros y material escolar.
5. No a los recortes sociales en educación, sanidad o dependencia. No al premio a la educación privada, recuperación de las plantillas de maestros y médicos, por una educación y sanidad públicas, de calidad y no clasista. No a la degradación de la asistencia en el Hospital de Mérida, a causa de los recortes. Pago de la ley de dependencia ya.
Estas son algunas de las prioridades que el Campamento Dignidad ha hecho llegar a los partidos de cara a las elecciones. Hace falta un profundo cambio social y político. Hay que acabar con la corrupción, con el clientelismo y con la represión a los movimientos sociales. Hay que derrotar a quienes pisotean los derechos del pueblo, a quienes han vendido el país a la Troika, a los que defienden que los bancos están antes que las personas (artículo 135 de la Constitución). Los que mandan, los culpables de nuestro malestar, no pueden ser en modo alguno la solución. ¡Hay que echarles!
¡El pueblo unido jamás será vencido! ¡Sí se puede!
martes, 5 de mayo de 2015
Comunicado de la Corrala Dignidad 1º de Mayo
A LAS VECINAS Y VECINOS DEL BARRIO DE LA CALZADA
Estimadas vecinas y estimados vecinos del barrio de La Calzada:
Las personas y familias que componemos la Corrala Dignidad 1º de Mayo nos dirigimos a todas y cada una de las personas que componéis el barrio de La Calzada para presentarnos y explicaros las razones y propósitos que nos han animado a dar este importante paso.
Queremos en primer lugar manifestaros nuestro agradecimiento por las múltiples muestras de solidaridad que nos habéis llegar desde el barrio. Somos conscientes de que una decisión como la que hemos adoptado genera siempre incertidumbre y, por ese motivo, nos parece aún más valioso el trato que nos habéis dispensado.
También nos gustaría haceros partícipe del sentimiento que tenemos en este momento, mezcla de temor y de esperanza. Por un lado, para ninguno de nosotros ha sido fácil tomar la decisión de embarcarnos en este proyecto, sabedores de que se trata de un paso que puede acarrearnos consecuencias judiciales. Pero, al mismo tiempo, estamos convencidos de que no tenemos otro remedio que defender nuestra dignidad y la de nuestras familias, empezando por el derecho a vivir bajo un techo. Y, al mismo tiempo, confiados en que la inmensa mayoría de las personas del barrio de La Calzada y del pueblo de Mérida entenderán nuestras razones.
Antes de tomar esta determinación, hemos agotado todos los caminos. La mayoría de los que integramos la Corrala Dignidad 1º de Mayo hemos sufrido desahucios y hemos quedado fuera en los procesos de adjudicación de vivienda. No defendemos sólo nuestro derecho, sino el de las más de 400 familias solicitantes de vivienda social y el de otras muchas que sufren el abuso de los bancos, que han convertido el desahucio en una rutina.
No hemos entrado en la casa de ningún particular, sino en un grupo de viviendas que están en manos de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), conocida más popularmente como “el banco malo”, entidad a la que el Estado ha aportado directamente 2.192 millones de euros y 45.028 en avales públicos. Son viviendas de un banco rescatado con dinero de toda la sociedad española: en concreto, el Estado inyectó 12.000 millones de euros en Caixa Catalunya de los que sólo ha recuperado 782, correspondientes a su compra por el BBVA. Es decir, son, a efectos reales, viviendas costeadas con dinero público.
No queremos “vivir de gratis”, como algunos políticos irresponsables suelen decir, ni aspiramos a la propiedad de las viviendas. Solicitamos un alquiler social y para ello reclamamos desde el principio el diálogo con las entidades financieras y políticas. Pensamos que los intereses de los bancos no pueden ser más importantes que las necesidades elementales de las personas.
Somos trabajadores y trabajadoras, como la buena gente de este barrio, y sufrimos, como muchos de vosotr@s, las consecuencias del paro y de la precariedad. Eso que explica que eligiéramos el 1º de mayo como nombre para nuestra comunidad. Aspiramos a lo que aspira cualquier familia: pan, trabajo, techo y dignidad.
Con nuestro comportamiento diario, esperamos ganarnos vuestra confianza y contribuir, codo con codo con vosotros y vosotras, a una vida más digna y feliz para todos.
Recibid un saludo cordial de todas las personas de la Corrala Dignidad 1º de Mayo
domingo, 3 de mayo de 2015
Nace en Mérida la Corrala Dignidad 1º de Mayo
(Extraído de eldiario.es/eldiarioex)
La urbanización La Calzada, en la periferia norte de Mérida, es uno más de esos grupos de viviendas que brotaron como hongos en las afueras de las ciudades en ese clima de desenfreno urbanístico, falsa riqueza y corruptelas en unos tiempos que ahora se ha dado en llamar de la burbuja urbanística.
Pero en este caso, la urbanización llegó un poco tarde al festín, comenzó la caída libre del precio de la vivienda, se pararon las grúas y La Calzada se quedó con los accesos sin concluir y con algunas viviendas a medio terminar. Un grupo de esas viviendas a medio hacer es el que ha ocupado la recién creada Corrala Dignidad 1º de Mayo.
12 familias en paro, 12 viviendas ocupadas, 40 personas viviendo bajo techo durante el día. Durante la noche, los niños se van a otra parte, porque aún no hay luz en las casas, ni calentadores, es el principio, es difícil, cuenta Jesús, padre de una niña de corta edad, parado al que ya no le queda subsidio, amenazado de desahucio por el BBVA.
También está en la Corrala Dignidad la familia de Cecilia Martín Saturnino, de 37 años de edad, amenazada de desahucio, madre separada con cinco hijos a cargo, cuatro de ellas menores de edad, que solicitó la renta básica de inserción en agosto de 2013 y a la que todavía no se la han pagado. Y así, hasta 12 familias condenadas a la miseria, a vivir sin trabajo y sin casa.
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